El viento me lo susurró, me lo hizo sentir en la piel pero no lo entendí. Ahora, muy tarde comprendo que era el día en que partirías, tu mi compañera incondicional. Entiendo, me diste mas amor del que pude haber recibido y tal vez del que mereciera, reconozco que mi auscencia fue grande. A pesarde eso, tu apoyo y cariño siempre estuvieron presentes a pesar del tiempo y distancia. Tu amor, seguirá en mí y ni tu partida cambiará eso.
Gracias por todo, tu cariño y toda la felicidad dada, mi gran compañera.
Hoy, un día difícil de olvidar y en tu adios, dejaste una lección difícil de aplicar, amar intensamente con desinterés y sin rencores, darte completamente. Gracias, mi pequeña bodoque.
Tomando palabras de Ely Guerra:
"Para bien, para mal, para la eternidad, para irte de mí, para estar siempre aquí"
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