Hoy me dijo alguien: cuando se te cierran las puertas siempre habrá otras que se abrirán.
Un par de días antes recibí una llamada de alguién muy querido y cercano a mí, tenía alrededor de 2 años que no sabía sobre su vida. Me comentó que la razón de su llamada era porque estaba preocupada por mí, me soñó muy triste y llorando -¿¡qué raro no!?-. Primero me sentí féliz por saber de él, luego me ganó la emoción y sorpresa por su revelación. Luego, le platiqué por lo que había pasado desde... hace tiempo y como las cosas han cambiado a partir de este año, que estaba haciendo muchas cosas para cerrar un ciclo muy difícil y tortuoso, así con eso fuí yo quien lo sorprendió.
Al final, recordamos todo nuestra amistad y apoyo que tenemos desde hace muuucho tiempo. Fueron minutos que me llenaron de fuerza.
Recordando esa frase de hoy, quiero pronto olvidar esas puertas que están cerradas y sentirme féliz por las que están abiertas desde hace tiempo y las que están por abrirse.